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En las Lecciones 3 y 4 de nuestro curso Fundamentos del estudio bíblico, examinamos el paso de la Observación del estudio bíblico. Dedicamos dos lecciones a esta habilidad importante porque la usamos de dos maneras distintas. Cuando observamos todo un libro de la biblia nos referiremos al proceso como el paso de «macroobservación», y cuando lo apliquemos a un pasaje bíblico específico de un libro, nos referiremos a él como el paso de «microobservación» del estudio bíblico. La lección 3 se enfocará en el paso macro y la Lección 4 en el paso micro.

En ambos enfoques hacemos las mismas preguntas: «¿Quién? ¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? Y ¿Por qué? En el paso macro, el texto que investigamos es todo un libro de la Biblia, y en el paso micro, la porción que estudiamos puede ser un capítulo, un párrafo, o incluso un versículo de un libro de la Biblia. Aunque hacemos las mismas preguntas en ambos enfoques de observación, lo hacemos de manera algo distinta cuando estamos estudiando un pasaje específico que cuando estudiamos un libro completo de la Biblia.

Muchos pasajes individuales de un libro de la Biblia mencionan gente, acciones, tiempos y lugares que tenemos que investigar cuando interpretamos esos pasajes específicos. Sin embargo, ellos proveen más detalles de los que necesitamos cuando estudiamos todo un libro de la Biblia. Hablaremos del proceso de la microobservación en la Lección 4

¿Por qué usamos la macroobservación?

Cuando leemos un capítulo, párrafo o versículo en la biblia tenemos que observar dónde se encuentra ese pasaje. Cuarenta autores individuales escribieron estos sesenta y seis libros de la Biblia en un período de 1,600 años, en tres continentes distintos y en tres idiomas distintos. Limitamos severamente nuestra comprensión de un pasaje si lo sacamos de uno de esos sesenta y seis libros sin responder primero algunas preguntas acerca del libro del que lo sacamos.

Entonces, cuando examinamos un libro de la Biblia, preguntamos: «¿Quién, qué, dónde, cuándo, cómo y por qué?» de todo el libro proporcionar los antecedentes que necesitamos para interpretar con precisión cualquier pasaje que queramos estudiar en ese libro. Si no podemos iniciar nuestro proceso de observación al hacer estas preguntas de todo el libro, podemos distorsionar el significado de los pasajes individuales que contiene ese libro.

¿Cómo hacemos el paso de macroobservación del estudio bíblico?

Hay seis preguntas que debemos responder cuando observamos un libro de la Biblia.

¿QUIÉN – escribió este libro?

¿PARA QUIÉN – fue escrito el libro?

¿Y qué sabemos de su relación?

¿CUÁL – es el tema o temas principales del libro?

¿CÓMO – está organizado el contenido del libro?

¿DÓNDE – estaba el escritor del libro y el (los) destinatario(s) cuando se escribió el libro?

¿CUÁNDO – se escribió el libro?

¿POR QUÉ – se escribió el libro? ¿Cuál fue su propósito?

Hacemos énfasis en la palabra libro en cada pregunta porque a medida que leemos el libro, es fácil llegar a fascinarse con los detalles de ciertos pasajes y perdemos vista de nuestra primera tarea. No podemos estudiar con exactitud cualquier texto solo de un libro, hasta que estas preguntas más amplias acerca de todo el libro se responden. Así como podemos ser tentados a comernos la masa de nuestra galleta antes de hornear las galletas, podemos ser tentados a detenernos y probar las porciones específicas de un libro de la biblia antes de que hayamos terminado el paso importante de la macroobservación.

Hay dos enfoques que usamos en combinación para encontrar respuestas a nuestras seis preguntas.

Estudio independiente

Hay un tiempo apropiado para usar los comentarios, los manuales bíblicos y Biblias de estudio para ayudarnos a responder algunas de nuestras preguntas. Pero ir allí demasiado pronto es perjudicar el proceso de estudio bíblico. No hay sustituto para nuestra propia lectura repetida de un libro de la Biblia. Al buscar en el libro las respuestas a estas seis preguntas obligamos a nuestra mente a interactuar más profundamente con su contenido. La lectura repetida e intencional desarrolla una familiaridad con todo el libro que nos permite establecer conexiones entre los diversos pasajes e ideas del libro. Como un buen detective que hace conexiones entre las piezas de evidencia para resolver un crimen, somos capaces de conectar la «evidencia» del libro al observar y recopilar esta información por nosotros mismos. La lectura repetida del libro crea la clase de familiaridad con su contenido que nos ayuda a vincular sus distintas partes.

Cómo usar las herramientas

Cuando hemos desarrollado un conocimiento básico de un libro de la Biblia y hemos encontrado respuestas a tantas de las preguntas como podamos a través de nuestra propia investigación, podemos acudir a otros recursos. Usamos las Biblias de estudio y los comentarios como herramientas. Pero no debemos dejar que se conviertan en muletas que abortan nuestro propio proceso de descubrimiento. El nivel de familiaridad que obtengamos con el libro de la Biblia a través de nuestro propio paso de macroobservación nos sirve bien cuando aplicamos el paso de microobservación a cualquier pasaje que estamos estudiando.

Cómo aplicar la macroobservación a un libro de la Biblia

Cuando hacemos las preguntas de «QUIÉN» a todo un libro de la Biblia, identificamos al escritor y a los destinatarios. Entonces es importante pensar más allá de los nombres del escritor y su audiencia y descubrir la naturaleza de su relación. Vemos la importancia de saber algo del escritor y la audiencia cuando, por ejemplo, estudiamos los cuatro Evangelios. Atribuimos muchas de las diferencias entre los relatos del evangelio al hecho de que cada autor escribió desde su propia perspectiva y explicó la vida de Jesús a una audiencia distinta a la de los otros tres escritores del evangelio. O, si cuando leemos 2 Corintios y Filipenses nos damos cuenta de que Pablo tenía una relación tensa con muchos de los corintios, pero que su relación con los filipenses era afectuosa y agradecida, leemos los pasajes individuales en estas dos cartas con una mejor comprensión.

¿De QUÉ trata el libro? La mayoría de los libros tienen un solo tema o unos cuantos temas unificadores. El tema de Génesis, por ejemplo, es los comienzos. Moisés presentó el inicio de todo en los capítulos 1-11 y de Israel en los capítulos 12-50. Amós principalmente trata la injusticia en Israel. Efesios se enfoca en la unidad. Cuando descubramos las ideas principales de los libros interpretaremos más acertadamente los pasajes específicos del libro.

¿En QUÉ género o géneros se escribió el libro? Es esencial para identificar qué estilo de escritura usó el autor. Si leemos un salmo como si fuera narrativa, o una epístola como si fuera poesía, ningún libro tendrá sentido. Hablaremos un poco más acerca de los géneros en la Lección 4 porque muchos libros contienen varios estilos de escritura. Pero cuando hacemos el macroestudio de un libro completo tenemos que estar conscientes de su género o géneros también.

CÓMO el escritor organizó su material nos ayuda a entender qué papel juega un pasaje específico en el propósito y tema del libro. La mayoría de nosotros hemos escuchado de los peligros de sacar una declaración de contexto. Esta pregunta de «qué» trata exactamente con ese peligro. Leemos los capítulos y versículos de un libro más provechosamente si sabemos cómo contribuyen a la(s) idea(s) principal(es) y propósito del libro. Romanos 12:1-2, por ejemplo, juega un papel fundamental al cambiar el énfasis de Pablo de explicar el evangelio teológicamente en los capítulos 1-11 a cómo vivimos el evangelio en los capítulos 12-16. Isaías 40 hace una transición en el contenido de Isaías de la amenaza de juicio de Dios a su promesa de restauración para Israel. Cuando sabemos cómo está organizado un libro, podemos interpretar con mayor precisión el significado que se quiere dar a entender en cada pasaje.

Identificar DÓNDE estaban ubicados el escritor y el lector es importante. Interpretamos los pasajes de Filipenses como lo hacemos porque sabemos que Pablo escribía desde la cárcel. Saber que Jeremías estaba en Jerusalén y Ezequiel estaba en Babilonia cuando profetizaron es esencial para interpretar sus libros.

CUÁNDO se escribió un libro es importante para interpretar su contenido. Algo tan sencillo como el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, por ejemplo, tiene una gran importancia. Saber que Hageo estaba animando a los judíos a reconstruir su templo después de que los babilonios lo habían destruido es esencial para entender su libro.

POR QUÉ cada libro fue escrito es esencial para interpretar su contenido. Solo cuando leemos Deuteronomio como el código de bendición y maldición de Dios por la obediencia y desobediencia de Israel, es que entendemos su papel crucial en el resto del Antiguo Testamento. Y si fallamos en ver 2 Corintios como la defensa de Pablo de su ministerio apostólico, no podemos leerlo correctamente.

Conclusión

Para interpretar acertadamente cualquier pasaje de un libro de la Biblia, tenemos que entender el «quién, qué, cómo, dónde y por qué» de ese libro completo. Hay un gran valor al estudiar porciones de cualquier libro de la Biblia, y la Lección 4 nos enseña a hacer eso. Pero siempre aplicaremos la microobservación a un pasaje individual más acertadamente si hemos invertido tiempo para aplicar la macroobservación al libro donde está escrito ese pasaje.

Sugerencias para estudio adicional

Una manera excelente de familiarizarse con los libros de la Biblia y de aumentar su entendimiento de cada libro de la Biblia es estudiar uno de los muchos cursos bíblicos de ODBCU.

Para estudios de repaso:

  • SF105 Fundamentos de la Biblia
  • OT128 Fundamentos del Antiguo Testamento
  • NT109 Fundamentos del Nuevo Testamento

Para estudios bíblicos más avanzados:

  • ML507 Hermenéutica bíblica es un curso más profundo de cómo estudiar la Biblia.
  • Los cursos AT216 a AT 227 del Antiguo Testamento son estudios profundos de los libros del Antiguo Testamento.
  • Los cursos NT217 a NT228 del Nuevo Testamento son estudios profundos de los libros del Nuevo Testamento.

Materiales de la lección

TranscripciónGuía de escucha