Lección 2, Actividad 1

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I. INTRODUCCIÓN

Muchas religiones adoran a un ser al cual denominan como “Dios.” Esto nos lleva a una pregunta interesante: ¿Adoran a un mismo Dios usando diferentes nombres? O ¿Acaso todos ellos adoran a diferentes dioses?, la Biblia explica que a pesar de que muchas religiones usan la misma palabra –“Dios”– se refieren a diferentes cosas con esa palabra. La Escritura insiste en que solo hay un Dios verdadero, el cual es adorado por los cristianos. Y eso significa que los dioses de otras religiones son impostores, ídolos, y dioses falsos. Esta es la razón del porque el cristianismo a puesto un fuerte énfasis en conocer al Dios de la Biblia. Él es el único Dios verdadero – el único que tiene el poder de crear, destruir y salvar.

Esta es la segunda lección en nuestra serie El Credo de los Apóstoles, y la hemos titulado “Dios el Padre.” En esta lección, nos enfocaremos en el primer artículo de fe en el Credo de los Apóstoles– Este artículo afirma la creencia en la primera persona de la trinidad, Dios el Padre.

Como vimos en la lección anterior, El credo de los Apóstoles apareció en diversas formas durante los primeros siglos de la iglesia. Pero fue estandarizado cerca del año 700 DC en latín. La traducción moderna del credo en español es la siguiente:

Creo en Dios Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro.

Que fue concebido del Espíritu Santo,

Nació de la virgen María,

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato;

Fue crucificado, muerto y sepultado;

Descendió a los infiernos;

Al tercer día resucitó de entre los muertos;

Subió al cielo,

Y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;

Y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

La Santa Iglesia Universal,

La comunión de los santos,

El perdón de los pecados,

La resurrección del cuerpo,

La vida eterna. Amén.

Usted recordará que en estas lecciones hemos dividido El Credo de los Apóstoles en cinco secciones principales: Las primeras tres secciones tiene que ver con las tres personas de Dios: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. La cuarta sección es sobre la iglesia y la quinta sobre la salvación.

En esta lección nos enfocaremos en la primera de estas cinco secciones que abarca el primer artículo de fe del Credo.

Creo en Dios Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Hay muchas maneras en las que se pueden dividir los temas mencionados en este artículo de fe. Pero en esta lección nos enfocaremos en tres temas que han sido centrales en la teología cristiana: La idea de Dios, la persona de Dios Padre Todopoderoso, y su rol como Creador de toda la creación.

Siguiendo estos tres temas, nuestra lección sobre Dios el Padre, se dividirá en tres partes. Primero, mencionaremos la idea básica de Dios, observando algunas cosas generales que la Biblia enseña acerca de su existencia y naturaleza. Segundo, nos enfocaremos en la frase Padre Todopoderoso, prestando atención a algunas cualidades distintivas de la primera persona de la trinidad. Tercero, exploraremos el rol del Padre como Creador de todo lo que existe. Comencemos con el concepto de Dios que la Biblia nos presenta.

II. DIOS

Nuestra creencia en Dios es realmente fundamental para nuestra creencia en todo lo demás. Si se piensa en una perspectiva global del mundo, Dios está en el centro y todo lo demás está como está debido a su relación con Él. Esto pone el pensamiento centrado en Dios, es una manera diferente de la forma a como se piensa en nuestra cultura usualmente, la cual se centra en si mismo, en el “Yo”, y como en todo lo demás incluyendo Dios mismo se relaciona conmigo. Esto es completamente contrario a la manera en que la Biblia observa las cosas, Incluso me atrevo a decir, completamente contrario a la forma en que Dios observa las cosas, como lo revela la Escritura. Hoy día en el ministerio, es muy importante enfrentar la visión centrada en el “Yo”, la cual es muy natural en nosotros, y tratar de tener una perspectiva global centrada en Dios, en lugar de centrarla en el “Yo”

[Dr. J. I. Packer]

Consideraremos la idea básica de Dios cómo es presentada en la Escritura, observando dos cosas. Por una parte, exploraremos lo que los teólogos llaman la singularidad de Dios, el hecho de que Dios es el único Dios que existe. Y por otro lado, nos enfocaremos en la simplicidad de Dios, notando que realmente Él es el único Dios, a pesar del hecho de que Él es un Dios en tres personas. Empecemos con la singularidad de Dios, la doctrina en la que el Dios de la Biblia es el único y verdadero Dios.

Singularidad

Mientras exploramos la singularidad de Dios observaremos primeramente al Politeísmo que prevaleció en el mundo durante los primeros siglos de la iglesia. Segundo, exploraremos al Monoteísmo que afirma la idea de un Dios único. Y tercero, hablaremos del Cristianismo y su concepto de Dios. Vayamos al primer tema que trata del politeísmo.

Politeísmo

Politeísmo es la creencia en la existencia de múltiples dioses –seres con poderes sobrenaturales que controlan al universo. Algunos piensan que estos dioses son seres eternos, seres no creados, mientras otros piensan que estos dioses nacieron o incluso fueron creados de alguna forma. En los sistemas politeístas, los dioses se distinguen los unos de los otros y por lo tanto son únicos, así como los seres humanos son todos únicos. Pero en el politeísmo, ningún dios puede proclamar ser el único ser sobrenatural que ejerce un control significativo sobre el universo.

Una forma popular del Politeísmo, llamada Henoteísmo, expresa una dedicación primaria a un cierto dios sin negar la existencia de otros dioses. Por ejemplo, algunas personas en el Imperio Romano honraban a Zeus como un ser supremo mientras sostenían que había otros dioses.

En el tiempo de la iglesia primitiva, la mayoría de los no cristianos eran politeístas. Muchos creían en los dioses falsos de los griegos y romanos, mientras otros adoraban a los ídolos del medio oriente antiguo. También eran politeístas los que creían en los poderes cósmicos, y algunos adoraban a los elementos y otros aspectos de la creación. Ateísmo –que es la creencia de que no existe ningún dios—era poco común en esos tiempos.

Una razón del porque la creencia en varios dioses era tan común es que el politeísmo muchas veces fue impuesto por la ley. Por ejemplo, en el imperio romano el gobierno forzaba la adoración a los dioses romanos. Los romanos pensaban que al adorar a estos dioses podían obtener su favor y la protección para el imperio.

Pero una razón básica de la creencia en varios dioses era lo pecaminoso de los seres humanos.

La Biblia indica que los humanos somos propensos a rechazar al Dios verdadero por dioses falsos. Esto tiene que ver con la doctrina bíblica del pecado. No tiene que ver tanto con el hecho de que somos criaturas relacionadas con un gran creador sino que comparadas con Dios somos criaturas pecaminosas. El pecado actúa de tal manera que nos ciega a la verdad de Dios que Él mismo nos ha revelado en la creación. Así que si lo dejamos en nuestras manos nosotros identificamos como Dios o identificamos como cualidades divinas aquellas cosas que en realidad no son Dios. En otras palabras nosotros crearemos dioses en nuestra propia imaginación como sustitutos del verdadero Dios.

[Dr. David Bauer]

Como la Escritura enseña, toda la gente sabe muy en lo profundo de su corazón que el universo no pudo llegar a ser como es sin la mano de un creador divino. Pero en nuestro pecado los seres humanos no podemos de forma natural reconocer al verdadero Dios y darle el crédito por la creación. En cambio, atribuimos su obra creadora a otras fuentes.

Prestemos atención a la forma en que Pablo habla acerca de esto en Romanos capítulo 1 versículos 20 al 23

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido... [Ellos] cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. (Romanos 1:20-23)

Según Pablo, la existencia del Dios de las Escrituras es tan obvia que todos pueden ver claramente y entender. Pablo incluso fue más lejos al mencionar que los seres humanos conocen de Dios a través de su auto-revelación en la creación. Pero somos tan pecaminosos que nos rehusamos a glorificarlo y a darle gracias. En lugar de eso, cambiamos su gloria por dioses falsos que hemos inventado y adorado en su lugar.

La Biblia nos dice que todos los hombres, mujeres e infantes conocen a Dios muy en lo profundo de sus corazones, de sus mentes, y de sus consciencias. Romanos capítulo 1 dice que desde que Adán y Eva pecaron, hemos cambiado desde lo profundo de nuestro corazón la adoración del Dios verdadero por ídolos o cualquier otra cosa creada por Dios. Por lo tanto el corazón humano es prácticamente una fábrica, una fuente o la raíz de toda idolatría.

[Dr. Samuel Ling]

Con esta imagen del politeísmo en mente, estamos listos para explorar el Monoteísmo, la creencia de que solo existe un solo Dios.

Monoteísmo

Técnicamente hablando, monoteísmo se refiere a cualquier religión que afirma la creencia en un solo Dios. Por ejemplo, en el mundo moderno tanto el Judaísmo, el Cristianismo como el Islam son religiones monoteístas debido a que sostienen que hay un solo y único ser divino.

Muchos pasajes en la Escritura afirman la singularidad de Dios al explicar explícitamente que solo hay un Dios único. Prestemos atención a algunos ejemplos.

En 1 de Reyes capítulo 8 versículo 60, Salomón proclamó:

Jehová es Dios … no hay otro. (1 Reyes 8:60)

En el Salmo 86 versículo 10, David cantó al Señor:

Sólo tú eres Dios. (Salmo 86:10)

En 2 de Reyes capítulo 19 versículo 19, Ezequías oró:

Sólo tú, Jehová, eres Dios. (2 Reyes 19:19)

En Romanos capítulo 3 versículo 30, Pablo afirmó:

Porque Dios es uno. (Romanos 3:30)

Y en Santiago capítulo 2 versículo 19, Santiago dijo:

Tú crees que Dios es uno; bien haces. (Santiago 2:19)

Existe solo un único ser divino. Esto era cierto en los tiempos del Antiguo Testamento. Era cierto en los tiempos del Nuevo Testamento. También era cierto en los primeros siglos de la iglesia y sigue siendo cierto el día de hoy.

Nosotros necesitamos observar que no todas las religiones monoteístas adoran al mismo dios. Como hemos mencionado, el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam adoran a un dios único. Y además, ellos identifican a este único dios como el Dios de Abraham, por lo menos de nombre. Pero los conceptos que ellos agregan al nombre “Dios de Abraham” son muy diferentes. Ellos no están de acuerdo, sobre su carácter, sus acciones divinas, e incluso sobre su propia naturaleza.

Consideremos al Judaísmo. El Judaísmo basa su fe en el Antiguo Testamento, al igual que lo hacen los Cristianos. Pero niegan al Dios trinitario que la Biblia revela. De hecho, los teólogos Judíos niegan a cada persona de la trinidad. Ellos rechazan a Jesús como Señor y Dios encarnado. Ellos niegan que el Espíritu Santo sea una persona divina. Y al rechazar a Jesús y al Espíritu Santo, ellos niegan al Padre que los envió.

Como Jesús dijo de sí mismo en Lucas capítulo 10 versículo 16

El que me desecha a mí, desecha al que me envió. (Lucas 10:16)

El Judaísmo rechaza a Jesús y al Espíritu Santo, y por lo tanto también rechaza al Padre.

El Judaísmo cree que adora a Dios como él se revela en el Antiguo Testamento. Esto apunta al mismo Antiguo Testamento que los Cristianos aman y dicen, “Adoramos al mismo Dios.” Entonces, superficialmente en cierto sentido podemos decir que adoramos a Dios. Pero hay otro sentido en el cual su dios es diferente de nuestro Dios porque ellos han rechazado la revelación total de Dios en Cristo.

Y cuando nosotros consideramos al Islam, es incluso más claro como su concepto de Dios contradice a la Biblia.

Una pregunta importante es, ¿Qué es lo que dice la fe Islámica con respecto al concepto de un único Dios? Yo creo que el Islam afirma un tipo de unidad dentro de Dios, pero el Cristianismo atribuye diferentes características y atributos al Señor más que lo que el Islam lo hace. Nosotros tenemos la doctrina de redención y encarnación, y esas son doctrinas importantes, destacan el carácter del Señor en una forma clara, fundamental en la vida de las personas. Tanto la redención como la encarnación están ausentes del entendimiento Musulmán de la unidad de Dios.

[Dr. Riad Kassis Arab]

El concepto de Dios en el Islam en verdad contradice la Biblia y una de las maneras más significativas en la cual la contradice es en la afirmación de que Dios es mónada no diferenciado. En el Islam, sí pudiera explicar este término técnico, Dios es absolutamente uno y no hay una comunidad de seres en él. En la teología cristiana hay una absoluta fidelidad al Monoteísmo, la creencia de que solo hay un único Dios. El primer credo que aparece en la Biblia es “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor.” Esto es una afirmación enfática del monoteísmo que ha sido parte de la tradición teológica Judeo Cristiana desde sus comienzos. Así que los cristianos son monoteístas. Ahora muchos de nuestros amigos Islámicos no creen que seamos monoteístas. Ellos piensan que nosotros somos Triteístas. Y ellos piensan que creemos en el Padre, en la Madre, y en el Hijo, porque Mahoma se equivocó en su entendimiento con respecto a esta doctrina cristiana de Dios. Pero la doctrina cristiana de la Trinidad –que menciona que el único Dios existe eternamente en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y que no son simplemente diferentes modos de expresión de una deidad, ni simplemente tres diferentes metáforas de un solo Dios, sino que hay una real y sustancial comunión entre las personas en ese Dios verdadero y único—Esta es una concepción de Dios radicalmente diferente de la que el Islam tiene.

[Dr. J. Ligon Duncan III]

Entonces el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam son religiones Monoteístas, ellas se distinguen del politeísmo debido a que niegan la existencia múltiple de dioses. Pero ellas se distinguen claramente las unas de las otras debido a sus muy diferentes doctrinas de quien es Dios.

Después de observar al Politeísmo y al Monoteísmo, estamos listos para describir el concepto de Dios afirmado por el Cristianismo y enseñado en el Credo de los Apóstoles.

Cristianismo

La frase acerca de Dios en el Credo de los Apóstoles es demasiado sencilla. Declara lo siguiente:

Creo en Dios Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Nótese que el credo no dice de forma explícita que hay solo un Dios único. Si nosotros no conociéramos el origen del credo, sería muy posible leer estas palabras como si proclamaran la fe en el dios del Judaísmo, o en el dios del Islam. O incluso como si afirmáramos un dios entre muchos dioses. Entonces, ¿Cómo sabemos que el credo está hablando acerca del Dios Trino del cristianismo en contraste con el dios no cristiano del monoteísmo y del politeísmo?

Por una parte, el credo niega el monoteísmo no cristiano a través de otras cosas que menciona de forma clara acerca de Dios. Como vimos en la lección anterior el Credo se organiza alrededor de la formula trinitaria. Refleja la creencia de que Dios el Padre, Jesucristo su único Hijo y el Espíritu Santo, son tres personas diferentes en la deidad, todas compartiendo la misma singular esencia divina.

Nuevamente, recordamos que el credo fue formulado para tener un resumen de creencias, no una declaración exhaustiva de la fe. Y cuando fue usado en la liturgia de la iglesia, todos en la iglesia sabían que al mencionar en esta forma a las tres personas de la divinidad, estaba implícita la doctrina de la Trinidad.

Por otra parte el credo niega el politeísmo al hacer uso de la forma singular y genérica de la palabra Dios como un nombre divino.

La palabra “dios” puede tener muchos significados. Muchas religiones se refieren a sus deidades como “dioses.” La misma Biblia algunas veces usa la palabra “dios” para referirse a cosas como los demonios, ídolos y a veces incluso líderes humanos. Pero estos llamados dioses también llegan a tener nombres propios. Por ejemplo, en la religión de la antigua Roma, Marte era el dios de la guerra, Neptuno era el dios del mar, y Júpiter era el líder de los dioses.

De la misma manera, el Dios de las Escrituras es conocido por nombres propios. Muchos de esos nombres son descriptivos, por ejemplo, El Shadai, que muchas veces es traducido como el Dios Todopoderoso y que significa que Dios es o tiene todo el poder; El Elyon que usualmente se traduce como el Dios Altísimo, que significa que Dios tiene el control de todo; y Adonai, que generalmente se traduce como Señor, y que significa Maestro o Soberano.

Pero el nombre que más se aproxima a lo que nosotros podemos pensar como el nombre propio de Dios es Yahweh. En traducciones antiguas aparece como Jehová. Pero en traducciones modernas, generalmente se usa la palabra Señor, a pesar de que su significado es un poco diferente al de Adonai.

Dios se reveló a si mismo usando el nombre Yahweh desde muy temprano en los comienzos de la historia de la humanidad, por ejemplo, los seres humanos usaron este nombre para referirse a Dios, desde los días de Set, el hijo de Adán, como lo vemos en Génesis capítulo 4 versículo 26. Noé se refirió a Dios como Yahweh en Génesis capítulo 9 versículo 26. Y Abraham llamó a Dios por este nombre en Génesis capítulo 12 versículo 8

Yahweh es también el nombre con el que Dios se reveló a Moisés en Éxodo capítulo 3 versículos 13 y 14, en donde leemos lo siguiente:

Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El

Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. (Éxodo 3:13-14)

El nombre Yahweh se relaciona con la palabra hebrea ehyeh que aquí se traduce como YO SOY. Este es el nombre más íntimo con el cual Dios se revela a su pueblo y el que, más que cualquier otro nombre, lo distingue de los otros dioses falsos.

De hecho, de todos los nombre con los cuales el Señor es llamado en la Escritura, “Dios” es el más general. En nuestras traducciones modernas del Antiguo Testamento, la palabra Dios usualmente se traduce de la palabra hebrea el o elohim. Y en el Nuevo Testamento, usualmente se traduce de la palabra griega theos. Pero en los tiempos bíblicos, otras religiones usaban las mismas palabras para referirse a sus propios dioses. Entonces, ¿Por qué el Credo de los Apóstoles escogió este término general para referirse a Dios en lugar de un nombre más distintivo como Yahweh?

Porque al usar el término “Dios” para identificar al Señor, el Credo de los Apóstoles indica que el Dios del cristianismo es el único que merece ser llamado Dios.

Como podemos leer en 1 de Reyes capítulo 8 versículo 60:

El Señor (o en Hebreo [Yahweh]) es Dios … no hay otro.

(1 de Reyes 8:60 [NVI])

Sí, otras religiones creen que adoran a dioses reales. Pero en realidad, ellos adoran a seres imaginarios, o incluso demonios –espíritus inferiores creados que son subordinados por el Dios del cristianismo. Pablo menciona esto de una forma clara en 1 de Corintios capítulo 10 versículo 20, que dice:

Lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios.

(1 Corintios 10:20)

Los gentiles no creían que sus sacrificios eran ofrecidos a los demonios; ellos creían que sus sacrificios eran ofrecidos a diversos dioses, pero ellos estaban equivocados.

Hay muchas religiones aparte del cristianismo en el mundo actual. Existe el Hinduismo, Shinto, Paganismo, Wicca, Islam, Judaísmo, Religiones de tribus y muchas más. Pero sus dioses son falsos. Algunas adoran a demonios, algunas adoran a cosas creadas y algunas adoran ideas de su propia imaginación. Pero la Biblia insiste que únicamente el Dios del cristianismo es realmente divino, solamente el Dios del cristianismo juzgara al mundo, y solamente el Dios del cristianismo tiene el poder para salvarnos.

En su primer artículo de fe, el Credo de los Apóstoles llama a los nuevos cristianos a abandonar a los dioses falsos que usaban para adorar, y reconocer al Dios de la Escritura como el único y verdadero Dios, y este llamado refleja una enseñanza que es absolutamente esencial en la Escritura. La Biblia ordena a cada persona en cada época a reconocer que el Dios del Antiguo y Nuevo Testamento es el único Dios verdadero. Y demanda la adoración solo a Él.

Ahora que hemos visto la singularidad de Dios, estamos listos para enfocarnos en su simplicidad, la unidad de su naturaleza o esencia.

Simplicidad

Usted recordará que cuando nosotros definimos la doctrina de la Trinidad en la lección anterior, la definimos de la siguiente manera:

Dios en tres personas, pero solo uno en esencia.

También mencionamos que el término persona se refiere a una personalidad consciente de sí misma, y que el término esencia se refiere a la naturaleza fundamental de Dios, o a la sustancia de la cual Él consiste.

Bien, cuando nosotros hablamos de la simplicidad de Dios, es su esencia lo que tenemos en mente –su naturaleza fundamental, la sustancia que hace su ser.

Ahora, los teólogos usan los términos simple y simplicidad en una forma muy técnica, nosotros no estamos diciendo que Dios es simple en el sentido de que Él es fácil de entender, en cambio, nosotros decimos que Su esencia no es algo compuesto de diferentes sustancias; pero si, un todo unificado consistente de una sola sustancia.

Nosotros podemos ilustrar la idea de la simplicidad al comparar agua pura con barro. Por un lado el agua puede ser vista como una sustancia simple. Está compuesta enteramente por agua y nada más.

Pero si añadimos tierra al agua pura, se convierte en lodo. El lodo es una sustancia compleja debido a que está compuesto de dos ingredientes: agua y tierra.

La esencia de Dios es como el agua pura: está compuesta únicamente de una sola sustancia

¿Por qué es esto importante? ¿Por qué el cristianismo enfatiza que Dios es simple y que no está compuesto de diferentes sustancias? Para responder a estas preguntas, observemos nuevamente la doctrina de la trinidad.

La doctrina de la Trinidad se define como:

Dios en tres personas, pero solo uno en esencia.

El punto central en la doctrina de la trinidad es la distinción entre persona y esencia. Dios es uno en esencia y tres personas. Podríamos decir que Dios es un “QUE” y tres “QUIENES”.

[Dr. Keith Johnson]

Así como la Biblia afirma que Dios es tres personas –El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo—También afirma que solamente hay un Dios único. En los inicios de la iglesia, los teólogos determinaron que una manera útil de hablar acerca del ser único de Dios era hablando en términos de su esencia o sustancia. Cuando ellos dijeron que Dios tiene una simple, esencia unificada, ellos negaron que El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo, fueran tres dioses separados que de alguna manera se unieron en la trinidad. En cambio ellos afirmaron que estas tres personas siempre habían existido como un solo Dios.

En este sentido, la iglesia estableció de una forma clara que los cristianos no creen en tres dioses, como fueron muchas veces acusados por otras religiones. En cambio los cristianos creen en un solo y único Dios –un ser divino— que existe en tres personas.

Muchas veces en conversaciones con Musulmanes ellos mencionan, que el punto de vista cristiano de la Trinidad es una afirmación de tres dioses o triteísmo. Nadie en la historia de la iglesia ha afirmado esto, debido a que junto a la afirmación de que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, está la afirmación desde Génesis hasta Apocalipsis de que Dios es uno. Hay un Dios vivo y verdadero. La única manera en que nosotros podemos entender la completa revelación de Dios es diciendo, hay un Dios, y no hay otro, El Padre, El Hijo y El Espíritu son una deidad, el lenguaje de la iglesia ha sido que ellos subsisten en esta deidad como tres personas y este es el porque nosotros no afirmamos que hay tres dioses. Un Dios en tres personas, como lo enseña la Escritura, lo afirma la iglesia y así se distingue de la forma de pensar de otras corrientes religiosas.

[Dr. Stephen Wellum]

Esta idea es establecida de forma explícita en otro credo antiguo –El Credo Niceno— el cual dice:

Jesucristo, Hijo único de Dios …[es] de la misma naturaleza del Padre.

Debido a que el Credo de los Apóstoles es más básico que el Credo Niceno, no menciona este detalle de forma explícita. Sin embargo, implica esta idea al afirmar que nosotros creemos en un único Dios que existe en tres personas.

El hecho de que los cristianos crean en un solo Dios en tres personas tiene innumerables implicaciones para la vida cristiana. Por ejemplo, la adoración cristiana tradicional siempre ha sido completamente trinitaria: nosotros adoramos a las tres personas de la trinidad y ofrecemos canciones de alabanza, y oraciones de petición para cada uno de ellas. Negar a una persona de la Trinidad a favor de otra es negar a Dios mismo. Nosotros debemos honor, servicio y amor al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo debido a que ellos son un solo Dios.

Habiendo mencionado el concepto básico cristiano de Dios y la naturaleza de su existencia, estamos listos para enfocarnos en la frase Padre Todopoderoso, observando las distintas enseñanzas que la Biblia nos da acerca de Dios el Padre, la primera persona de la Trinidad.

III. PADRE TODOPODEROSO

Nuestro estudio acerca del Padre Todopoderoso se dividirá en cuatro partes. Primero, observaremos la forma en que el nombre “Padre” es usado en la Escritura refiriéndose a Dios. Segundo, consideraremos a la persona de Dios Padre en términos de la Trinidad. Tercero, exploraremos la naturaleza de su paternidad, el rol que él tiene como Padre. Y cuarto, estudiaremos su poder. Consideremos primero el nombre “Padre” como es usado en la Escritura al referirse a Dios.

Nombre

La Biblia usa el término “Padre” en tres distintas maneras. Primero, es usado para referirse a Dios como el creador de todas las cosas. Un ejemplo que el Nuevo Testamento usa en este sentido, sería 1 de Corintios capítulo 8 versículo 6 donde Pablo identifica al Padre como la persona de la cual proceden todas las cosas. Es importante reconocer que no todas las referencias bíblicas que hablan de Dios como el Padre Creador se refieren a la primera persona de la trinidad. Un segundo uso del término “Padre” denota la relación que los creyentes tienen con Dios como resultado de su adopción como hijos. Cuando Pablo menciona en Romanos capítulo 8 versículo 15 que nosotros hemos recibido el espíritu de adopción por el cual llamamos a Dios ABBA PADRE, Pablo está usando el término Padre en el sentido de adopción. Finalmente, el término “Padre” es usado para notar la relación única que existe entre Jesucristo y su Padre. Podemos resumir estos tres usos de la palabra Padre, al decir que el primero habla de Dios como Creador, el segundo de Dios como Redentor y el tercero habla específicamente de la persona del Padre en relación con el Hijo.

[Dr. Keith Johnson]

Desafortunadamente, algunos cristianos piensan erróneamente que cada vez que la Biblia usa el término “Padre,” se está hablando de la primera persona de la Trinidad. Pero la doctrina de la Trinidad no se revela claramente hasta el Nuevo Testamento. Hay indicios aquí y allá en el Antiguo Testamento que puede indicar un cierto conocimiento de la pluralidad en la deidad. Pero el Antiguo Testamento hace un gran énfasis en la unidad de Dios.

Así pues, cuando Dios es llamado “Padre” en el Antiguo Testamento, la referencia es a toda la Trinidad, no sólo a una persona. Ahora, en cierto sentido, el uso de la palabra “Padre” hace hincapié en la persona del Padre. Pero es importante recordar que antes de la clara revelación del Nuevo Testamento de las tres personas de Dios, todos los términos utilizados por Dios, incluyendo el nombre de “Padre”, se aplican en alguna medida a toda la Trinidad. El término “Padre” se refiere a toda la deidad en pasajes como Deuteronomio capítulo 32 versículo 6, y el capítulo 63 de Isaías versículo 16 y capítulo 64 versículo 8. Como ilustración, veamos sólo un ejemplo de este uso de “Padre” en el Antiguo Testamento.

En Malaquías capítulo 2 versículo 10, el profeta hace estas preguntas:

¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? (Malaquías 2:10)

Aquí, la deidad entera - incluyendo el Padre, Hijo y Espíritu Santo - se habla de ella como Padre, porque la deidad entera participó en la creación de la humanidad. El Nuevo Testamento deja claro que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, cada uno, jugó un papel un tanto diferente. Pero este pasaje del Antiguo Testamento no hace esas distinciones entre las personas de Dios. Por el contrario, atribuye el nombre de “Padre” a las tres personas colectivamente por su papel en la creación.

Para complicar más las cosas, como los escritores del Nuevo Testamento señalan, en el Antiguo Testamento había momentos en los que se hacía referencia a toda la Trinidad como Padre, en un sentido general. Por ejemplo, en pasajes como Mateo capítulo 5 versículo 45 y el capítulo 6 versículos del 6 al 18 y Hechos capítulo 17 versículos 24 al 29. Toda la Trinidad es llamada “Padre” por una variedad de razones. A veces es porque la deidad entera participó en la creación del mundo. En otras ocasiones se debe a que las tres personas de Dios son la norma ética a la que debe conformarse. Una vez más, vamos a considerar un solo versículo como ilustración. En Santiago capítulo 1 versículo 17 podemos leer estas palabras:

Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces. (Santiago 1:17)

Antes de este versículo, Santiago argumentó que el carácter de Dios es éticamente puro. Por lo tanto, su punto aquí es que todo lo que viene de Dios es bueno, y todo lo bueno viene de Dios. Ya que las cosas buenas vienen de todas las personas de nuestro Dios Trino, intérpretes cristianos a menudo ven esto como una referencia a toda la Trinidad. De nuevo, como en el Antiguo Testamento, es razonable ver un énfasis en la persona del Padre. Pero es importante afirmar que el Hijo y el Espíritu Santo también proporcionan buenos regalos para nosotros.

Sin embargo, también es evidente que la Escritura usa la palabra Padre, en otro sentido para referirse a una persona de la Trinidad que es distinta de la del Hijo y del Espíritu Santo. Esto lo vemos en Juan capítulo 1, versículos 14 y 18, Juan capítulo 5 versículos del 17 al 26, Gálatas capítulo 4 versículo 6, 2 Pedro capítulo 1 versículo 17. Veamos sólo dos ejemplos para ilustrar este punto.

En 2 de Juan 9 el apóstol distingue entre el Padre y el Hijo cuando escribe estas palabras:

Cualquiera que … no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.

(2 Juan 9)

Y en Juan capítulo 14 versículos 16-17 Jesús distingue al Padre del Espíritu cuando les dio esta seguridad a los apóstoles:

Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre - el Espíritu de verdad. (Juan 14:16-17)

Ahora que hemos visto cómo el nombre “Padre” se usa en las Escrituras para indicar la divinidad entera, así como la primera persona de la Trinidad, estamos dispuestos a ver a la persona de Dios el Padre en diferencia con las otras personas de la Trinidad.

Persona

La asociación del Padre con en Hijo y el Espíritu Santo puede describirse en numerables maneras, pero en la historia de la teología, dos perspectivas particulares sobre la trinidad han llegado en primer plano. Específicamente, ha sido común hablar en términos de la Trinidad ontológica y la Trinidad económica. Estos dos enfoques hablan de la misma Trinidad - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin embargo, hacen hincapié en diferentes aspectos de la relación entre las tres personas de la divinidad.

Por un lado, ha sido común hablar de la Trinidad ontológica cuando nos centramos en el ser de Dios. La palabra ontológica significa relacionado al ser. Así, cuando hablamos de la trinidad ontológica, estamos viendo la Trinidad en términos del ser o de la esencia. Estamos considerando cómo las tres personas de la Trinidad se integran entre sí, y cómo comparten una sola esencia.

Desde la perspectiva de la ontología, las tres personas de Dios son infinitas, eternas e inmutables. Y cada uno tiene los mismos atributos divinos esenciales, como la sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad y verdad

Por otro lado, normalmente decimos que estamos hablando de la Trinidad económica si se considera cómo las personas de Dios interactúan entre ellas, cómo se relacionan entre sí, como personas individuales. La palabra económica significa relación con la administración del hogar. Por lo tanto, cuando hablamos de los aspectos económicos de la Trinidad, estamos describiendo cómo el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo se relacionan entre sí como personalidades individuales distintas.

Cuando vemos la Trinidad desde el punto de vista económico, cada persona tiene diferentes responsabilidades, un nivel diferente de autoridad, y un papel diferente con las tareas a realizar. El Padre, Hijo y Espíritu Santo participan en conversaciones. Ellos hacen acuerdos. Ellos actúan entre sí. E interactúan de muchas maneras.

Desde las dos perspectivas la ontológica y la económica, se dice que el Padre es la primera persona. El Padre es llamado la primera persona de la Trinidad ontológica porque el Hijo se dice que es Engendrado por el Padre y se dice que el Espíritu Santo procede del Padre

Escuche las palabras de Juan en 1 de Juan capítulo 4 versículo 9 respecto a engendrar al Hijo:

En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. (1 Juan 4:9)

La palabra unigénito proviene de la palabra griega monogenes, y se traduce a menudo único. Lamentablemente, algunas personas en la iglesia primitiva pensaron que esto significaba que el Hijo fue creado y no plenamente divino. Incluso hoy en día algunos niegan la divinidad del Hijo, porque él es llamado “engendrado”.

Para contrarrestar esta falsa enseñanza, los cristianos han dicho tradicionalmente que el Hijo es eternamente generado o eternamente engendrado por el Padre. Estos términos enfatizan que no hubo tiempo en que el Hijo no existiera.

Escuche la manera en la que Jesús habló de la procesión del Espíritu Santo en Juan capítulo 15 versículo 26:

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. (Juan 15:26)

La frase se traduce del griego ekporeuomai, y a menudo se interpreta como proceder. Tradicionalmente, este versículo ha sido entendido como una referencia a la fuente de la existencia del Espíritu Santo.

Por desgracia, pasajes como éste han llevado a algunos a concluir erróneamente que el Espíritu Santo no es eterno o divino en su totalidad. Así, la teología cristiana tradicional ha tenido el cuidado de insistir en que el Espíritu Santo es un miembro de la Trinidad, y que es totalmente divino, a pesar de que su personalidad eternamente procede del Padre.

Además de ser la primera persona de la trinidad ontológica, el Padre es también llamado la primera persona de la Trinidad económica. Desde el punto de vista económico, se dice que el Padre es la “primera persona”, porque él tiene autoridad sobre las otras dos personas, al igual que un padre humano tiene autoridad sobre su hogar.

Vemos la autoridad del Padre sobre el Hijo de muchas maneras. Por ejemplo, el Hijo hace la voluntad del Padre, como vemos en Juan capítulo 6 versículo 40. Y el Hijo recibe su autoridad y reinado del Padre, de acuerdo con pasajes como Efesios capítulo 1, versículos 20 al 22. De hecho, la Escritura nos dice repetidas veces que el reinado del Hijo es subordinado al reinado del Padre. Vemos esto en la idea de que Jesús se sienta con frecuencia a la diestra de Dios, es decir, a la derecha del trono de Dios, como en el Salmo 110 versículo 1 y Hebreos capítulo 1 versículo 3. La diestra de Dios es un lugar de honor y poder, - pero no es el trono en sí mismo. Y en última instancia, el Hijo entregará su reino al Padre, como enseña Pablo en 1 de Corintios capítulo 15 versículo 24. En resumen, en la Trinidad económica, el Padre tiene autoridad sobre el Hijo.

La cuestión de la relación entre el Padre y el Hijo y el ejercicio de toda autoridad es compleja. Pero, en realidad tiene que ver con la distinción entre las funciones que el Padre y el Hijo juegan en la Trinidad. Y el hecho de que en su papel, el Hijo voluntariamente se somete al Padre. Él vino a la tierra para someterse a la voluntad del Padre, y el Padre ejerce toda la autoridad. Pero al mismo tiempo, esta es una relación de amor, en que el Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre y buscan agradarse y honrarse uno al otro dentro de la Trinidad. Por lo tanto, necesitamos separar un poco, la diferencia entre los roles que desempeñan y la relación de amor que ellos disfrutan.

[Dr. Simon Vibert]

Del mismo modo, el Padre tiene autoridad sobre el Espíritu. Por ejemplo, nos dicen a menudo que es el Padre quien envía al Espíritu, como en Lucas, capítulo 11 versículo 13 y Efesios capítulo 1 versículo 17. Asimismo, sabemos que era el Padre que facultó al Hijo con el Espíritu en Hechos capítulo 10 versículo 38. A lo largo de la Escritura vemos que, el Espíritu Santo es el agente del Padre en el mundo, siendo instruido por el Padre para llevar a cabo su voluntad. En el ámbito de la Trinidad económica, el Padre tiene autoridad sobre el Espíritu Santo, tal como tiene autoridad sobre el Hijo.

La autoridad del padre es siempre una autoridad de amor. La autoridad del padre es una autoridad que ama al Hijo, desea que el Hijo sea glorificado, así como el Hijo desea que el Padre sea glorificado. Y, por último, si comparten un corazón de amor, Padre, Hijo y Espíritu Santo, entonces la idea de que haya un desacuerdo de voluntades entre el Padre, el Hijo y el Espíritu se convierten en algo cómico. Porque si el Hijo eternamente y el Espíritu eternamente anhelan hacer la voluntad del Padre y el Padre eternamente anhela glorificar y honrar al Hijo y el Espíritu, entonces esencialmente en la vida de Dios hay unanimidad de la voluntad, una unanimidad de amor, una unanimidad de estar en esta comunión de la Trinidad.

[Dr. Steve Blakemore]

Con esta comprensión de cómo el nombre “Padre” se utiliza en la Escritura y de la persona de Dios el Padre, estamos dispuestos a estudiar la naturaleza de su paternidad sobre la creación y la humanidad.

Paternidad

Antes de describir la paternidad de Dios en detalles, debemos hacer una pausa para señalar que un gran número de pasajes que hablan de la paternidad de Dios vienen del Antiguo Testamento, antes de que Dios revelara claramente su naturaleza trina. En estos pasajes, la palabra “Padre” se refiere en primer lugar a toda la Trinidad, y no sólo a la persona del Padre.

No obstante, el Nuevo Testamento asocia la paternidad de Dios sobre todo con la persona del Padre. Por lo tanto, es legítimo ver en estos textos del Antiguo Testamento un énfasis en la persona del Padre.

La paternidad de Dios tiene muchos aspectos que podríamos discutir. Pero nos centraremos en tres de las ideas más prominentes de las Escrituras. En primer lugar, vamos a considerar el papel del padre como Creador. En segundo lugar, vamos a ver su paternidad en términos de su posición como Rey sobre su creación y las personas. Y en tercer lugar, nos centraremos en la idea de que el Padre es la Cabeza del Hogar sobre su pueblo. Comenzaremos explorando el papel de Creador como un aspecto de su paternidad.

Creador

En el sentido más amplio, la Escritura a veces se refiere a Dios como el padre de todo lo que ha creado. Por ejemplo, nos encontramos con esto en pasajes como Deuteronomio capítulo 32 versículo 6, Isaías capítulo 43 versículos 6 y 7, y capítulo 64 versículo 8, Malaquías capítulo 2 versículo 10, y Lucas capítulo 3 versículo 38.

A modo de ejemplo, escuchemos las palabras de Pablo a los atenienses en Hechos capítulo 17 versículos 26 al 28:

Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación … como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. (Hechos 17:26-28)

Aquí Pablo cita a los poetas paganos Cleantes y Arato, quienes habían dicho que Zeus era el Padre de los seres humanos porque los había creado. Por supuesto, Pablo insistió en que el Dios de la Biblia fue el verdadero creador, y no Zeus. Pero Pablo también afirmó que la idea de crear algo es llegar a ser su Padre.

La Biblia fue escrita en el lenguaje humano. Nuestra relación humana con Dios como creador se expresa a menudo en términos de la relación entre un padre y sus hijos. En este contexto, la paternidad de Dios representa nuestro origen y su autoridad

[Dr. Paul Chang]

Así como los padres humanos son pacientes con sus hijos, la paternidad de Dios en general sobre la creación, lo motiva a demostrar gran paciencia con nuestro mundo caído, y con la humanidad pecadora en particular. Esto no significa que Él siempre retendrá el juicio contra la creación. Pero ayuda a explicar por qué es lento para la ira y rápido para mostrar misericordia. Como leemos en Salmo 145 versículos 8 y 9:

Clemente y misericordioso es Jehová, Lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras. (Salmo 145:8-9)

Después de examinar el papel de Dios como Creador, ahora estamos listos para ver cómo su papel de Rey se relaciona con su paternidad.

Rey

En el antiguo cercano Oriente, era común que las personas se refirieran a los reyes humanos como sus padres, y que los reyes se refieran a sus pueblos como sus hijos. También este lenguaje se refleja a menudo en las Escrituras. Por ejemplo, los israelitas se refieren a David como su padre porque había sido su rey. Por supuesto, algunos de los israelitas eran descendientes directos de David, por lo que fue su antepasado en un sentido literal. Pero cuando la nación en su conjunto se refiere a David como su padre, significaba que él era su rey. Escuchemos a Marcos capítulo 11 versículo 10, donde la multitud gritó de esta manera:

¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! (Marcos 11:10)

Aquí, la paternidad de David sobre Israel está explícitamente relacionada con su reinado.

Del mismo modo, en Hechos capítulo 4 versículos 25 y 26, la Iglesia alaba a Dios con estas palabras:

Tú, por medio del Espíritu Santo, dijiste en labios de nuestro padre David, tu siervo: “¿Por qué se sublevan las naciones y en vano conspiran los pueblos? Los reyes de la tierra se rebelan y los gobernantes se confabulan contra el Señor y contra su ungido.” (Hechos 4:25-26 [NVI])

Una vez más, David fue llamado el padre de Israel, porque era el Ungido del Señor, el Rey que estaba sentado en el trono del Señor y condujo a Israel en la batalla contra las naciones enemigas. Pero ¿por qué los antiguos se refieren a los reyes como sus padres?

A los reyes en el mundo antiguo se les llamaba “padres” porque ellos mismos se estaban reflejando como paternalistas - es decir se ocupaban de su gente, cuidando de sus necesidades, protegiéndoles y ese tipo de cosas. Ahora, en realidad, la mayor parte de eso fue sólo la propaganda porque los reyes en el mundo antiguo por lo regular se servían a ellos mismos en lugar de servir a su pueblo. Pero, al mismo tiempo, cuando Dios se reveló a Israel, utilizó esta forma común de pensar en los reyes como padres. En el caso de Dios como nuestro padre, nuestro padre real, nuestro padre imperial, eso no es propaganda, es verdad. Dios cuida de nosotros. Él provee para nosotros. Él nos protege como lo haría un padre. Así que Él es el padre de todo su imperio, el padre de su reino.

[Dr. Richard Pratt, Jr.]

Y al igual que los reyes humanos fueron llamados los padres de sus naciones, Dios fue llamado “Padre” porque él era el gran Rey que gobernó sobre todos los reyes del mundo, y porque él gobernó directamente sobre su pueblo escogido, la nación de Israel.

Escuche a la forma en que Isaías capítulo 63 versículos 15 y 16 hablan de la paternidad del Señor:

Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo? ¿Se han estrechado? Pero tú eres nuestro padre … tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre. (Isaías 63:15-16)

Aquí, a Dios se le conoce como el Padre porque se sienta en su morada celestial, gobernando sobre toda la creación en general, y sobre Israel y Judá en una manera especial. Específicamente, la súplica es para el Rey divino de dirigir a sus ejércitos a la batalla, para redimir a su pueblo al derrotar a sus enemigos.

Saber que nuestro Rey divino se preocupa por nosotros de la misma manera que un padre cuida de sus hijos nos debe dar una gran confianza y consuelo. Por nuestra cuenta, no somos capaces de oponernos a los males de este mundo. Pero nuestro Rey divino nos ama como un padre, y fácilmente nos ayuda.

De hecho, esta es una de las ideas que Jesús enseñó en la oración del Padre nuestro cuando instruyó a sus discípulos a orar Padre nuestro que estás en los cielos. En esta petición de la oración, Dios es reconocido como nuestro Padre en el cielo. Y a través de toda la Biblia, la imagen del cielo es la misma: es la habitación del trono de Dios, el lugar donde él se sienta y gobierna como Rey. Por eso, cuando Jesús dijo a sus discípulos que oraran “Padre nuestro que estás en los cielos “, quería decir que oraran a Dios como su Padre real, el Rey divino entronado en el cielo. Nuestra confianza en que Dios nos dará nuestro diario pan, perdonará nuestros pecados, no nos dejará caer en la tentación, y nos librará del mal se basa en el hecho de que como nuestro Rey amante, tiene tanto el poder y el deseo de hacer estas cosas.

Con esta comprensión de Dios como Creador y Rey en mente, estamos listos a considerar su papel como Cabeza del Hogar como un aspecto de su paternidad.

Cabeza de Familia

Una de las cosas interesantes para mí es que la teología siempre tiene implicaciones pastorales. Lo que creemos afecta el tipo de personas en que nos convertimos, y esto es cierto con respecto a Dios el Padre. Creo que esto funciona en dos sentidos para aquellos de nosotros que hemos tenido buenos padres, y para aquellos que no los han tenido. Tengo la suerte de haber tenido un buen padre, por lo que nunca ha sido difícil para mí pensar en Dios como mi Padre Celestial. Todas las cosas que mi papá me dijo, e hizo por mí, y la forma en que nos relacionamos entre nosotros - fue muy, muy importante-, trajo un sentido de Dios el Padre muy positivo para mí. Pero con los años he conocido y trabajado con personas para quienes el idioma de la paternidad fue muy negativo, muy retador, muy difícil. Recuerdo un día trabajando con una de mis estudiantes, quien dijo: “Dios es para mí el padre que nunca tuve.” Y, por eso creo que cuando exploramos la paternidad de Dios, aun desde el lugar más deficiente, empezamos a aprender que el corazón de Dios es un corazón que está dispuesto hacia nosotros, hayamos o no hayamos tenido esa experiencia con nuestros padres terrenales.

[Dr. Steve Harper]

Todo el mundo está familiarizado con el concepto de cabeza del hogar. Por lo general, se trata de un padre, abuelo u otro familiar que dirige y toma decisiones importantes para la familia o el hogar. Pues bien, las Escrituras a menudo describen la relación de Dios con su pueblo en estos mismos términos.

A veces en el Antiguo Testamento, vislumbramos a Dios como cabeza del hogar de la raza humana. Por ejemplo, en Génesis capítulo 5 versículos del 1 al 3, Moisés describió la relación de Dios con Adán en la misma manera que describe la relación de Adán con su hijo Set.

Muy a menudo en el Antiguo Testamento, Dios es presentado como la cabeza del hogar de la nación de Israel. Vemos esto en el cuidado que tiene para su pueblo en pasajes como Deuteronomio capítulo 1 versículo 31, Salmo 103 versículo 13 y Proverbios capítulo 3 versículo 12. A modo de ejemplo, consideremos las palabras del Señor en Oseas capítulo 11 versículo 1:

Desde que Israel era niño, yo lo amé; de Egipto llamé a mi hijo.

(Oseas 11:1 [NVI])

Aquí el Señor se presentó como un padre que había amado a la nación de Israel desde su infancia. También encontramos a Dios descrito como cabeza del hogar de Israel en Números capítulo 12 versículo 7, donde el Señor se refiere a Moisés de esta manera:

Mi siervo Moisés, porque en toda mi casa él es mi hombre de confianza (Números 12:7 [NVI])

La palabra traducida casa es el término hebreo Bayit. Es la palabra normal que se refería no sólo a un edificio domestico, sino también a la gente que vivía en el edificio. Aquí, Moisés es descrito como un hijo o un servidor que gobierna sobre el pueblo y las posesiones de la cabeza del hogar, lo que implica que Dios es la cabeza del hogar de la nación de Israel.

Por supuesto, la descripción de Dios como la cabeza del hogar de su pueblo también continúa en el Nuevo Testamento. En Mateo capítulo 7 versículos del 9 al 11, y Lucas, capítulo 11 versículos 11 al 13, Jesús enseñó que el Padre contesta nuestras oraciones de la misma manera que los padres humanos proveen por sus hijos. En Juan capítulo 1, versículos 12 y 13, así como en 1 de Juan capítulo 2 versículo 29 y el capítulo 3 versículo 1, aprendemos que el Padre nos ama porque hemos nacido en su familia. Y en Hebreos capítulo 12 versículos del 5 al 10, leemos que el Señor nos disciplina para nuestro propio bien de la misma manera que un padre humano disciplina a sus hijos. Y en pasajes como 1 de Timoteo capítulo 3 versículo 15 y 1 de Pedro, capítulo 4 versículo 17, la iglesia se le llama la casa y la familia de Dios.

Hay enormes implicaciones pastorales en la paternidad de Dios. Una de las cosas que vemos inmediatamente es a Dios como Padre. Es un aspecto enorme de como es el Padre, como es Dios en la Escritura. Podemos ver inmediatamente que la familia es muy importante para Dios. Desde Deuteronomio capítulo 6 cuando el Señor dice: “escuchen, así es como voy a perpetuar la ley y el amor de Dios, a través de las familias, a través de la interacción de padres y madres como parejas, y cómo ellos se relacionan con sus hijos. Tremendas cosas suceden en esta interacción. La familia es extremadamente importante para Dios. Los padres son indispensables para la familia. Y la implicación pastoral, se puede ver alrededor de todo el mundo, cuando los padres son fuertes, sus culturas son fuertes. Cuando los padres son débiles dentro de su cultura, se debilita la dinámica cultural y esto no se puede reemplazar por la madre. Necesitamos madres fuertes sin duda, pero los padres son absolutamente fundamentales y una de las cosas que vemos en la paternidad de Dios es esa misma dinámica. Cuando se tiene una carencia de paternidad, el abuso se incrementa, hay falta de educación, la delincuencia aumenta. Toda esta disfunción de la cultura pasa cuando se tiene un concepto débil de la paternidad y cuando se tiene un concepto débil de Dios como Padre.

[Dr. Matt Friedeman]

Ahora que hemos explorado el nombre, la persona y la paternidad del Padre Todopoderoso, estamos listos para investigar su poder ilimitado para cumplir su voluntad.

Poder

Miremos una vez más en el primer artículo de fe en el Credo de los Apóstoles. Dice así:

Creo en Dios Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y la tierra.

Cuando el Credo de los Apóstoles dice que Dios es el Padre Todopoderoso, significa que tiene ilimitado e inigualable poder. En términos teológicos tradicionales, el todo poder de Dios es descrito como su Omnipotencia, de la raíz omni, que significa, todo, y de la palabra potencia, que significa poder.

El poder del Padre es ilimitado porque tiene la fuerza y la capacidad de lograr lo que Él elige. Y es inigualable porque es el único que posee este tipo de poder.

Vamos a considerar dos aspectos del poder del Padre que acabamos de mencionar: el hecho de que es ilimitado, y el hecho de que es inigualable. Comencemos con la naturaleza de su ilimitado poder.

Ilimitado

La Escritura describe al Padre como el que tiene el poder de hacer cualquier cosa que quiere hacer. Y demuestra su poder ilimitado de muchas maneras diferentes. Habla de él como el que tiene el poder de crear o destruir el universo. Dice que él tiene el poder de controlar el clima, derrotar a sus enemigos en la batalla, regir y controlar a los gobiernos humanos, realizar grandes milagros, y salvar a su pueblo.

Escuchemos cómo el profeta Jeremías describe al Señor en Jeremías capítulo 10 versículos del 10 al 16:

Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra las naciones no pueden sufrir su indignación… El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría; a su voz se produce muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos... él es el Hacedor de todo, e Israel es la vara de su heredad; Jehová de los ejércitos es su nombre. (Jeremías 10:10-16)

Dios en última instancia controla cada aspecto de la creación. Él tiene el poder para hacer lo que le plazca.

En Isaías capítulo 46 versículos 10, y 11, el Señor mismo resumió su poder de esta manera:

Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero … Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. (Isaías 46:10-11)

La omnipotencia de Dios es un buen recordatorio para nosotros como creyentes que cuando el mundo parece estar fuera de control, cuando se siente que está cayendo en el caos, no lo está. Dios no puede ser obligado por otra fuente o poder superior al suyo. Cualquier cosa que el mundo pueda parecer, no está fuera de control, Dios es soberano, podemos tener confianza de que no ha sido dominado, y nos da fuerzas para caminar con fe en momentos que parecen oscuros desde nuestra perspectiva limitada. Cuando no vemos todo lo que Dios ve, es bueno saber que a Dios nadie le puede arrebatar su control o su poder. Lo que viene a mí, lo que se está llevando a cabo en mi vida, está bajo la autoridad de la mano amorosa de Dios. Y puedo tener la confianza incluso cuando no puedo explicar mi situación, de que conozco al Dios que me sostiene, y que camina conmigo a través de esto.

[Dr. Robert Lister G.]

A lo largo de la Biblia, la Escritura comúnmente apunta hacia la redención del pueblo de Dios como una demostración ideal de su poder. En el Antiguo Testamento, con frecuencia leemos que Él demostró su poder en el Éxodo cuando hirió a los egipcios con plagas, liberó a los israelitas de la esclavitud, los sostuvo con la comida del cielo durante cuarenta años en el desierto, y les dio la conquista sobre la tierra prometida. En la mente del antiguo Israel, el Éxodo fue el mejor ejemplo del poder redentor de Dios que ellos conocieron.

Encontramos referencias al poder de Dios en el Éxodo a través de los libros de la Ley, en pasajes como Éxodo capítulo 14, versículo 31 Números capítulo 14, versículo 13, y Deuteronomio capítulo 9 versículos 26 a 29. También vemos este tema en cualquier otra parte del Antiguo Testamento. Lo encontramos en los libros históricos en 2 de Reyes capítulo 17 versículo 36; en los libros poéticos en lugares como Salmo 66 versículos del 3 al 6, y en los libros proféticos en lugares como Isaías capítulo 63 versículo 12.

Ahora, esto no quiere decir que los antiguos israelitas hicieron caso omiso de la grandeza de la redención espiritual que recibieron por gracia mediante la fe en el Señor. Es perfectamente válido para ellos el decir cosas como, “Creo en el poder de Dios por la fe.” Sin embargo, muchos autores del Antiguo Testamento consideraron más convincente decir cosas como, “Dios mostró su poder al liberar toda nuestra nación entera de la esclavitud. “Y esto no nos debería sorprender. Después de todo, las manifestaciones externas de la fuerza de Dios en el Éxodo eran tan irrefutables que hasta los egipcios incrédulos estaban convencidos.

Con esta comprensión del poder ilimitado de Dios en mente, debemos hacer una pausa para mencionar que hay ciertas cosas que Dios no puede o no quiere hacer, a pesar de su poder ilimitado. Específicamente, la naturaleza del Padre gobierna todo lo que hace. Como resultado, Él nunca hará nada que sea contrario a su naturaleza.

Naturaleza es un término amplio que incluye tanto atributos esenciales como personales. Podríamos definir esto como su carácter fundamental o el aspecto central de su ser. En el caso del Padre, su naturaleza incluye no sólo su ser y su carácter, sino también sus relaciones con los demás miembros de la Trinidad. Y la naturaleza del Padre es absolutamente inmutable e inalterable, de modo que siempre lo llevará a ejercer su poder de maneras similares.

Santiago capítulo 1 versículo 17 habla de la calidad inalterable de la naturaleza de Dios de esta manera:

[El] Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. (Santiago 1:17)

La naturaleza del Padre no limita su capacidad de hacer cosas que sean compatibles con su naturaleza. Pero si garantiza que sólo ejercerá su poder omnipotente en formas que sean consistentes con sus atributos. Por ejemplo, nunca dejará de ser eterno. Nunca se revocara su autoridad sobre el Hijo y el Espíritu Santo. Nunca hará nada pecaminoso. Y él siempre cumplirá sus promesas.

Uno de los factores en el surgimiento de la ciencia moderna fue el reconocimiento de que Dios opera de la misma manera hoy que como lo hizo antes. Ya que en este mundo el animismo tiene la creencia de que hay muchos dioses y que los dioses residen en los elementos de este mundo, la creencia de que Dios es totalmente impredecible, y si Dios es totalmente impredecible, no sería posible estudiar este mundo porque no se sabría si va a actuar de esta manera hoy y mañana de una manera diferente. Pero si Dios es inmutable entonces podemos realmente salir y estudiar el mundo y entender cómo Dios lo hizo y cómo funciona. Así que, esta misma creencia de la inmutabilidad de Dios, permitió el surgimiento de la ciencia moderna. Bueno, de la misma manera en que esto ha permitido el surgimiento de la ciencia moderna, también permite el aseguramiento, el confort y la tranquilidad de un cristiano en circunstancias inciertas, ya que no tenemos que entenderlo todo. No tenemos que saber lo que viene a la vuelta de la esquina. Todo lo que tenemos que saber es que nuestro Dios es totalmente suficiente para satisfacer todos y cada uno de los retos que enfrentamos, y que previsiblemente dirigirá la situación de la misma manera que le prometió a David, a Abraham, a Adán, a Jesús y a Pablo - que él es confiable, que él es fiel, que él no es inconstante, que él no cambia de un día a otro, y que él tiene todo el poder en sí mismo para hacer frente a cada una de nuestras circunstancias.

[Dr. J. Ligon Duncan III]

Ahora que hemos discutido la naturaleza del ilimitado poder del Padre, debemos voltear a sus inigualables cualidades, teniendo en cuenta que sólo Dios es omnipotente.

Inigualable

Escuche la forma en que se describe el incomparable poder de Dios en Isaías capítulo 14 versículos 24 al 27:

Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado; que quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro. Este es el consejo que está acordado sobre toda la tierra, y esta, la mano extendida sobre todas las naciones. Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder? (Isaías 14:24-27)

Observe que en este pasaje, la descripción de un poder ilimitado del Señor es seguida por una afirmación de que sólo él posee omnipotencia. No hay nadie que pueda impedirle nada, nadie que pueda volverle su mano atrás.

El hecho de que el poder del Padre es inigualable fluye naturalmente del hecho de que sólo hay un Dios verdadero. Ciertamente, si hubiera otro ser de infinito poder, el estatus de Dios como el único Dios puede ser cuestionado. Después de todo, un ser de poder infinito podría ser divino o podría hacerse a si mismo divino en virtud de su propio poder.

Esto es esencialmente lo que Dios le dijo a Job en el capítulo 38 del libro de que lleva su nombre, cuando dijo que Job podría justificarse a sí mismo si él podía primero hacer los mismos hechos poderosos que Dios había hecho, como crear, ordenar y controlar providencialmente el universo.

Pero la realidad es que sólo Dios es verdaderamente divino. Y por lo tanto sólo Dios tiene poder ilimitado.

Lamentablemente, en nuestros días muchos cristianos bien intencionados niegan que Dios es todopoderoso. Ellos malentienden las Escrituras al enseñar que Dios mismo está haciendo todo lo que puede con su creación. Pero la omnipotencia de Dios es una enseñanza maravillosamente práctica de la Escritura. Cuando el pueblo de Dios está en problemas, pide a gritos la ayuda de Dios porque saben que él es capaz de salvarlos. Cuando el mal parece estar en control del mundo, podemos estar seguros de que Dios tiene un poder absoluto sobre el mal. Sin fe en la omnipotencia de Dios, no tenemos ninguna base para nuestra confianza en que Dios derrotara a sus enemigos, y que sus hijos recibirán las bendiciones eternas que él ha prometido.

Es impresionante pensar en toda la riqueza teológica que está inmersa en la frase Padre Todopoderoso. Servimos a un Dios poderoso, personal y paternal que nos ama y nos cuida de manera asombrosa. Y podemos estar completamente seguros de que su protección nunca fallara porque sabemos que Él en sí mismo nunca fallará. Él será siempre nuestro creador, el Rey y cabeza del hogar. Siempre tendrá un ilimitado e inigualable poder. Y Él nunca va a cambiar. Él siempre estará ahí para salvarnos, y la salvación que Él ofrece es tan eterna como Él es.

Hasta ahora, en esta lección hemos explorado la naturaleza de nuestro trino Dios, y las características de la persona divina conocida como el Padre Todopoderoso. En este punto, estamos listos para voltear a ver nuestro tercer tema: el papel del Padre como el Creador del cielo y la tierra.

IV. CREADOR

Nuestra discusión del Padre como el Creador del cielo y la tierra se centrará en tres facetas de su trabajo creativo. En primer lugar, vamos a considerar la obra de la creación del Padre. En segundo lugar, nos centraremos en la bondad de la creación. Y en tercer lugar, vamos a mencionar su autoridad sobre la creación. Comencemos por pensar en la obra de la creación que el Padre realizó.

Obra de la Creación

La creación es la única obra que el Credo de los Apóstoles atribuye específicamente al Padre. Recordarán que es el primer artículo de fe declarado:

Creo en Dios Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y la tierra.

De todas las cosas que la Escritura dice que el Padre hace, esta es la obra que el Cristianismo histórico ha insistido en que todos los cristianos afirmen.

La mayoría de los cristianos están familiarizados con la idea de que Dios creó y sostiene el universo, en gran parte porque las Escrituras lo mencionan con frecuencia. De hecho, si abrimos nuestras Biblias a la primera página y comenzamos a leer, lo primero que se nos dice es que Dios es el Creador del cielo y la tierra. Como vemos en Génesis capítulo 1 versículo 1:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)

Después de este versículo de introducción, el resto de Génesis capítulo 1 explica que Dios creó y ordenó el universo en el lapso de seis días.

Ahora, a lo largo de la historia de la iglesia, ha habido muchas teorías diferentes sobre la interpretación del relato de la creación en Génesis capítulo 1. Casi todos los teólogos han coincidido en que Dios creó el universo ex nihilo o de la nada. Es decir, antes de que Dios creara los cielos y la tierra, no existía nada excepto Dios mismo. No había materia preexistente de la que Dios hiciera el universo. Y muchos han sugerido incluso que Dios creó el tiempo y el espacio.

Pero los teólogos a menudo desacuerdan sobre la manera precisa en que el Padre creó el universo, especialmente sobre la naturaleza de los seis días de la creación. Varios padres de la iglesia, como Clemente, Orígenes y Agustín, creían que los días eran representaciones figurativas de una creación que probablemente tuvo lugar en un solo momento. Otros, como Ireneo y Tertuliano, lo veían como días de 24 horas. Más tarde, cuando la ciencia comenzó a sugerir que el universo era muy viejo, muchos teólogos comenzaron a interpretar el relato de la creación de diferentes maneras. Algunos sugirieron que los días eran días normales, períodos de 24 horas, pero que grandes tramos de tiempo intervinieron entre los días en los que Dios creó. Otros interpretaron los días como figuras de expresión que representan las eras o épocas.

Ciertamente, la cuestión de los días de la creación en Génesis capítulo 1 es uno de los puntos que ha sido la fuente de una gran cantidad de argumentos. Creo que una de las preguntas es ¿Qué tipo de literatura es esta? ¿Es literatura que está diseñada para dar un efecto sensorial, hechos relacionados con los sentidos, o es literatura diseñada para enseñar un hecho espiritual? Ahora, no debemos, abrir una brecha entre esos dos aspectos. Dios es el creador de este mundo y estos aspectos deben corresponder con sí mismos. Pero si leemos Génesis 1 como un texto científico, nos llevará a una interpretación diferente que si lo leemos como una discusión del significado y naturaleza de la creación.

[Dr. John Oswalt]

Para la iglesia primitiva y su uso del Credo de los Apóstoles, lo que parece haber sido más importante era que los creyentes reconocieran que Dios y sólo Dios, dirigido por la persona del Padre, creó y sostiene el universo entero, incluyendo tanto lo espiritual como el material, con todas sus sustancias y las criaturas.

Esta es la misma idea que los levitas enfatizaron en Nehemías capítulo 9 versículo 6. Escuchemos sus palabras:

Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. (Nehemías 9:6)

Como podemos leer Dios sólo hizo el universo. Y sólo Dios sigue dando vida a todo lo que existe, sosteniendo todo el universo que él creó.

Ahora, es importante señalar que a pesar de que el Padre tuvo un papel relevante en la elaboración y el mantenimiento de los cielos y la tierra, estos actos implican a la Trinidad entera de diversas maneras. Por ejemplo, el Hijo es el medio o instrumento que el Padre utilizó para hacer el mundo, y que aún utiliza para sostenerlo.

Escuchemos la manera en que Pablo describió la obra de la creación en 1 de Corintios capítulo 8 versículo 6:

Sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. (1 Corintios 8:6)

Aquí, Pablo explicó que el Padre es la fuente de la creación. La creación procede de Él. Pero viene por medio del Hijo. Seguimos viviendo que el Padre sostiene nuestras vidas a través de su Hijo.

La participación del Espíritu Santo se menciona menos explícitamente en las Escrituras. En primer lugar está implícito en pasajes del Antiguo Testamento que se refieren a la obra del Espíritu de Dios. Durante los días del Antiguo Testamento, el Espíritu Santo todavía no se había revelado claramente como una persona diferente de Dios. Sin embargo, el Nuevo Testamento enseña que ya estaba activo en el mundo, haciendo la voluntad de Dios. Vemos esto en pasajes como Marcos capítulo 12 versículo 36 que hablan del Espíritu Santo, inspirando a los autores del Antiguo Testamento, y Hechos capítulo 2, versículos del 2 al 17, donde Pedro enseñó que el Espíritu Santo fue la fuente de la profecía y los dones espirituales incluso en el Antiguo Testamento.

Así, cuando leemos en el Antiguo Testamento los relatos del Espíritu de Dios, es razonable inferir que ellos anunciaran la clara revelación de que el Espíritu Santo es una persona divina distinta.

Por ejemplo, en Génesis capítulo 1, versículos 2 y 3, leemos este relato:

Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. (Génesis 1:2-3)

Las palabras Espíritu de Dios, literalmente, se refieren a Dios en todas sus personas. Pero desde nuestra perspectiva del Nuevo Testamento, podemos ver un énfasis en la actividad de la persona del Espíritu Santo.

Después de examinar el papel del padre como creador en la obra de la creación, estamos dispuestos a centrarnos en la bondad de la creación que el Padre hizo.

Bondad de la Creación

Muchas religiones y filosofías enseñan que el universo material es amoral, es decir, ni bueno ni malo. Otros dicen que en realidad el mundo es malo. Por ejemplo, muchas de las filosofías paganas con las que la iglesia primitiva tropezó, enseñaban que el universo material era corrupto, y que para ser verdaderamente salvos los seres humanos tenían que escapar de la esclavitud de sus cuerpos. Esta visión negativa del mundo fue una de las razones por las que el Credo de los Apóstoles enfatizó que Dios hizo los cielos y la tierra. En la Biblia, el universo es la creación buena de Dios que refleja su buen carácter.

En Génesis capítulo 1 se nos recuerda siete veces la bondad de la creación en los versículos 4, 10, 12, 18, 21, 25 y 31. Y en el último de estos la Escritura dice que la creación entera no solo es “buena” sino buena en gran manera.

Como Moisés escribió en Génesis capítulo 1 versículo 31:

Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. (Génesis 1:31)

Lamentablemente, poco después de que Dios creó el mundo, Adán y Eva pecaron contra Dios al comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Y como resultado del pecado de la humanidad, Dios puso a la creación entera bajo una maldición.

Un texto que habla de esto es Génesis capítulo 3 versículos 17al 19, donde Dios le dijo esta maldición a Adán:

Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás. (Génesis 3:17-19)

A causa del pecado de Adán, Dios maldijo la tierra de modo que la agricultura se hizo difícil, lo que obligó a Adán y el resto de la humanidad a trabajar duro para obtener sus alimentos.

Y esta maldición sobre la tierra no se limitaba a la agricultura. Afectó a todo el mundo en todos sus aspectos. Pablo escribió acerca de este problema en Romanos capítulo 8, cuando argumentó que la redención de los creyentes en Cristo Jesús finalmente conduciría a una restauración de la creación misma.

Escuchemos lo que Pablo escribió en Romanos capítulo 8 versículos 20 al 22.

Porque la creación fue sujetada a vanidad … la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción … toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. (Romanos 8:20-22)

Pablo enseño que la maldición de la tierra afectó cada elemento de la creación

Pero a pesar de la maldición de Dios, no debemos cometer el error de pensar que la creación ya no es buena. Sí, la caída de la humanidad en el pecado dañó la creación. Pero sigue siendo el mundo de Dios, y aún es fundamentalmente buena. Pablo dijo esto cuando estaba escribiendo acerca de la validez permanente del matrimonio, y la libertad que los cristianos tienen de comer toda clase de alimentos. Escuchemos sus palabras en 1 de Timoteo 4:4:

Todo lo que Dios creó es bueno. (1 Timoteo 4:4)

Notemos lo que Pablo dice aquí, No dice que todo lo creado “fue” bueno, sino que todo lo que Dios creó “es” bueno.

El hecho de que el mundo físico es bueno, --que Dios lo declaró bueno-- tiene muchas consecuencias prácticas para nosotros. Por un lado, tenemos que proteger el medio ambiente. Somos mayordomos de esta creación. Por otra parte, en última instancia, Dios va a preservar esta creación. Él va a re-crear, va a ver restauración de la creación, en lugar de destrucción de la creación. Vamos a vivir para siempre en un cielo nuevo y una tierra nueva. El mundo físico que Dios creó es bueno. Nuestros cuerpos físicos - nuestra presencia física - es algo bueno.

[Dr. Mark Strauss]

Por lo tanto, si estamos hablando de matrimonio o comida o cualquier otra cosa creada por Dios, podemos estar seguros de que es bueno, porque el Padre que lo creó es bueno. Esta es la razón por la que Pablo también podría decir, en Romanos capítulo 1, que la bondad de Dios es aún visible a toda la humanidad a través de las cosas que ha hecho. Es por eso que el Salmo 19 puede afirmar que los cielos cuentan la gloria de Dios.

Juan Wesley describió la bondad de la creación en su obra del siglo 18 Estudio de la Sabiduría de Dios en la Creación, parte 3, capítulo 2, diciendo:

El universo entero es una fotografía, en la que se muestran las perfecciones de la Deidad. Demuestra no sólo su existencia, sino su unidad, su poder, su sabiduría, su independencia, su bondad.

El universo muestra la bondad de Dios a través de su propia bondad innata, una bondad que posee porque fue creada por un buen Dios.

La creación de Dios refleja su bondad. Nos dice en primer lugar que la creación no es mala en sí misma, el mal no existe de manera inherente en la materia. Pero también nos dice que cuando Dios creó el mundo, lo creó muy bueno. Que hay belleza en la creación. Ahora, esa belleza es desfigurada como consecuencia de la caída. Espinos y cardos y el sudor de la frente, han distorsionado la creación de Dios, pero como cristianos, hemos comenzado el proceso, o Dios ha iniciado el proceso dentro de nosotros de volver a crearnos. Somos una creación nueva en Jesucristo y como el escritor de himnos dice, como cristianos vemos algo que los ojos sin Cristo nunca han visto. Comenzamos a ver la creación como obra de Dios. Por tanto, como cristianos, vemos arte, belleza, estructura, coherencia, integración, dentro de la creación misma. Y esto es lo que esperamos en los cielos y en la tierra nueva, cuando la creación de Dios sea hecha totalmente nueva y podremos disfrutar de la creación como Dios quiso que disfrutáramos de su creación.

[Dr. Derek W. H. Thomas]

Con esta comprensión de la obra de la creación y de la bondad de la creación en mente, estamos listos para ver la autoridad sobre la creación que el Padre posee como su hacedor.

Autoridad Sobre la Creación

Hay muchas cosas que podemos decir acerca de la autoridad del Padre como creador. Pero nos enfocaremos solamente en tres características básicas: Es absoluta, es exclusiva y es exhaustiva. Vamos a echar una mirada más cercana a cada una de estas ideas, comencemos con la naturaleza absoluta de la autoridad del Padre como creador.

Absoluta

La autoridad del Padre es absoluta en el sentido de que él es completamente libre de hacer lo que quiera hacer con su creación. La Escritura seguido compara su autoridad absoluta con la autoridad que un alfarero tiene sobre la arcilla. Podemos encontrar esta descripción en pasajes como Isaías capítulo 29 versículo 16; Isaías capítulo 45 versículo 9; Jeremías capítulo 18 versículos 1 al 10 y Romanos capítulo 9 versículos 18 al 24.

Escuchemos el sentido en el que el Apóstol Pablo habló de la autoridad de Dios en Romanos capítulo 9 versículos 20 y 21:

¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Por qué me has hecho así?, ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? (Romanos 9:20-21)

Por supuesto que las respuestas a las preguntas retóricas de Pablo son obvias, porque Dios es el creador de todo, el tiene la libertad y la potestad de hacer lo que quiera con las cosas que él creo.

Creo que cuando algunas personas escuchan que la Biblia enseña que Dios tiene la autoridad final sobre todo lo que sucede en el mundo, tal vez se sienten amenazados por que se sienten resentidos. Pero los cristianos, cuando pensamos en quién es Dios, debemos sentirnos muy agradecidos. Esto significa que nuestras vidas están en manos de un sabio, todopoderoso, amoroso Padre, que ha dado a Su Hijo por nosotros en la cruz. Y eso es increíblemente confortable, en tiempos de sufrimiento, en tiempos cuando nos preguntamos qué está pasando en nuestras vidas.

[Dr. Dennis Johnson]

Aun si no entendemos todas las cosas que están sucediendo, si pertenecemos a Jesucristo, Dios es nuestro Padre y Él nos ama. Nos protege, y está cuidándonos sin importar por lo que estemos pasando. Algunas cosas por las que pasamos en esta vida son increíblemente dolorosas. Pero sin importar lo que esté pasando, Él está en control. ¿Podemos aceptar esto en estos momentos de nuestras vidas? – Él ha designado esto para nuestro bien, para nuestra santificación. Dios convierte a los enemigos de nuestras vidas, y los convierte en nuestros amigos para que seamos más que vencedores en aquel que nos amó. No somos sólo vencedores, dice que somos más que vencedores por medio de Él que nos amó. Por lo tanto, Dios toma las pruebas y las dificultades y los usa para santificarnos, para hacernos más como Jesucristo. Él trae las cosas que trae a nuestras vidas para que podamos ser como Cristo. Hebreos capítulo 12: El nos disciplina como un tierno y sabio buen Padre. Creo que la pelea de la fe a menudo se desarrolla exactamente en este punto. Tenemos que decirnos a nosotros mismos una y otra vez “Dios ... Dios cuida de mí y aunque yo no lo entiendo Él está trayendo esto en mi vida para mi bien, para mi santidad, para mi santificación.”

[Dr. Tom Schreiner]

Además de tener la autoridad absoluta, El Padre también tiene la autoridad exclusiva sobre todo lo que ha creado.

Exclusiva

La autoridad del Padre como creador es exclusiva en el sentido de que ninguna criatura posee autoridad absoluta. La autoridad absoluta pertenece sólo al creador, y Dios es el único creador.

Y más allá de esto, cuando vemos a la Trinidad económica, el Padre también tiene autoridad sobre las demás personas de la Trinidad. Por ejemplo, escuchemos las palabras de Jesús en Juan capítulo 5 versículos 26 y 27:

Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. (Juan 5:26-27)Jesús enseñó que su autoridad para juzgar al mundo había sido delegada a él por el

Padre. Esta autoridad en última instancia reside en el Padre, y era su prerrogativa exclusiva. Pero el Padre nombró al Hijo para juzgar en su nombre. Nos encontramos con una idea similar en 1 de Corintios capítulo 15 versículo 24, donde la realeza de Jesús sobre el universo está subordinada a un mayor reinado del Padre.

Y algo similar sucede con el Espíritu Santo también. Pasajes como Juan capítulo 16 versículo 13, Romanos capítulo 8 versículo 11, y 1 de Pedro capítulo 1 versículo 2 enseñan que el Espíritu Santo también hace la voluntad del Padre.

Y así como la autoridad del Hijo y la autoridad del Espíritu son delegadas por el Padre, la autoridad de los seres creados se delega también. Los ángeles, los gobernantes terrenales, e incluso los seres humanos promedio tienen una medida de autoridad. Pero todos estos tipos de autoridad son delegados por Dios, Así que la autoridad del Padre es siempre superior a la autoridad de las criaturas.

Además de contar con la absoluta y exclusiva autoridad, el Padre también tiene autoridad exhaustiva sobre el universo.

Exhaustiva

Cuando decimos que la autoridad de Dios es exhaustiva, nos referimos a que se extiende a todo lo que ha creado, en cada detalle. Y hay por lo menos dos importantes consecuencias de este hecho. En primer lugar, todos estamos bajo la autoridad de Dios. No hay persona u otra cosa creada que está libre de la obligación de obedecer a Dios.

Los ángeles y los seres humanos que son fieles al Padre reconocen y se someten voluntariamente a él. Pero los demonios y los seres humanos infieles se rebelan contra él y no se someten a sus órdenes. Aun así, los juicios morales del Padre afectan a todos. Sin importar dónde vivamos o lo que somos, y sin importar nuestra cultura o religión, todos somos responsables ante Dios

Segundo, todo está bajo la autoridad de Dios. Su autoridad se extiende a cada detalle de lo que Él ha creado.

Porque Dios ha creado todas las cosas, ningún aspecto de la creación es moralmente neutral. Él creó todo con un propósito y le asignó a cada cosa un carácter moral. Esto significa que sin importar el sujeto, sin importar su imagen, no hay una moralidad neutral. Todo en la creación, o funciona como Dios quiere que lo haga y por eso es bueno, o se rebela contra Él y por tanto es malo.

En el mundo moderno muchos cristianos son prontos para dividir la vida entre las cosas que son sagradas y las que son seculares. La mayoría de las cosas que consideramos sagradas como la iglesia, la adoración, el evangelismo y los estudios bíblicos están bajo la autoridad de Dios. También nos esforzamos por obedecer los mandamientos de Dios en nuestras familias y tomar decisiones éticas, tratándolas como sagradas también. Pero muchos cristianos tienden a pensar que los mandamientos de Dios no gobiernan las cosas que llamamos seculares como la política, la educación y el trabajo. Pero esta moderna distinción entre el mundo sagrado y el mundo secular no es bíblica. Pasajes como Proverbios capítulo 3 versículo 6, Eclesiastés capítulo 12 versículo 14 y 2 de Timoteo capítulo 3 versículos 16 y 17, nos indican que Dios ha hablado acerca de cada área de la vida humana, y que su autoridad se extiende a todo lo que hacemos.

En un mundo en donde la autoridad es vista en términos negativos, la autoridad de Dios es una gran oportunidad para los cristianos de creer porque Dios continua amando este mundo, Él sigue en control, y conoce el principio y el final. Él es quien juzgará a toda la humanidad. Y eso nos debería hacer sentir bien porque podemos estar seguros que alguien sabe lo que está haciendo. Esa es nuestra confianza y seguridad para el futuro.

[Dr. Simon Vibert]

V. CONCLUSIÓN

En esta lección, de Dios el Padre estudiamos muy de cerca el primer artículo de fe del Credo de los Apóstoles. Discutimos el concepto de Dios que está implícito en este artículo. Hablamos del Padre Todopoderoso como la primera persona de la divinidad. Y exploramos el rol del Padre como el Creador del cielo y de la tierra.

Entender la persona de Dios El Padre, es fundamental para la teología cristiana. Si no conocemos y adoramos al verdadero trino Dios de la Escritura, estaremos adorando a un dios falso. Y el reconocer y honrar a la persona que las Escrituras llaman el Padre, es una parte crucial de la verdadera adoración. El Padre es al único al que el Hijo y el Espíritu Santo obedecen y honran –por el único que trabajan para incrementar su gloria. Así que Él debería ser el enfoque de nuestra obediencia, honor y gloria también.

Materiales de la lección

Transcripción